lunes, 23 de junio de 2014

Igualdad de género

Roles, estereotipos y prejuicios sociales y culturales sobre los hombres y las mujeres.
La equidad de género significa que mujeres y hombres, independientemente de sus diferencias biológicas, tienen derecho a poder tener control y beneficio de los mismos bienes y servicios de la sociedad, así como a la toma de decisiones en la casa, en las decisiones de la familia, el libre voto, a jugar juegos de hombres como el fut bol soccer, el fut bol americano, entre otros.
La equidad de género está muy presente en la humanidad desde los inicios de la vida social, económica y política. Desde aquel entonces la mujer no tenía derecho a ser escuchada, ni a opinar, ni mucho menos a ser parte de una familia y sociedad.

Para la mujer, no es nada sencillo vivir dos mundos, los cuales tiene que compaginar para no quedar mal en ninguno de ellos. Por una parte, están sus aspiraciones y logros personales, profesionales. Por otra, está su papel de madre y esposa en casa, ámbito original, identitario, heredado culturalmente, lugar al que no renuncia desde el momento que decide casarse, pero que, cuando lo combina con actividades externas puede provocar conflicto, no sólo por el esfuerzo físico y mental que conlleva, sino por los efectos que tiene en sí misma al colocarla en una situación disyuntiva o valorativa respecto a su ser y hacer femenino, y el efecto que provoca en su pareja, sobre todo cuando ella supera el lugar de varón en la casa o en el trabajo.
El caso de los varones resulta complejo; durante años han ocupado un lugar superior al de la mujer; sus compañeros de escuela y de trabajo siempre habían sido hombres. Su papel en la familia estaba claramente delimitado y así era respetado independientemente si lo cumplía o no. Su autoridad en casa no era cuestionada ni compartida. El área laboral era su zona exclusiva y la casa representaba, así, su lugar de descanso y de poder absoluto.
Como hemos visto, la diferencia biológica se traduce en diferencia social. Si esta diferencia fuera tan superficial como elegir un color, un juguete o una actividad, no habría mayores dificultades, pero esos “detalles” aumentan con el tiempo hasta que la diferencia se concierte en desigualdad y discriminación de género.
Lo que esperan los demás y lo que esperas tú se origina en la sociedad, depende de que ideológica, creencias. Valores y costumbres te han legado y, de manera más concreta, también tiene que ver con la cultura que te transmitieron  los grupos más cercanos a ti: familia, escuela, asociación religiosa, la comunidad donde vives, etc. En la actualidad, los medios sociales de comunicación tienen un papel muy importante en la transmisión cultural de los roles. Por su parte, los roles sociales respecto al género han cambiado, por lo que se considera femenino y masculino hoy en día ya se transformó.
Las relaciones de género se caracterizan por la inequidad, producto de prejuicios y estereotipos.
Podemos observar en el comportamiento, las costumbres y la forma de relacionarse de las personas de diversas generaciones que algunos roles de género permanecen, aunque otros han cambiado.
Lograr la equidad entre mujeres y hombres es uno de los compromisos éticos de la humanidad debido a que los prejuicios y la desigualdad no solo dificultan el pleno desarrollo de las personas, si no que afectan las condiciones de salud y de vida digna de miles de niñas de niñas y mujeres en el mundo.
El propósito de la violencia de género es mantener el poder y dominar a la mujer o, en casos raros, al hombre.
Este tipo de violencia se da en todas las clases sociales. Sus causas están ligadas a los estereotipos de género.
Sea cual sea la causa, nada justifica la violencia hacia la mujer, y en mi opinión, tampoco hacia el hombre.
Los estereotipos de género limitan el desarrollo de los hombres y de las mujeres.

Convivir y crecer con igualdad de oportunidades.
En la actualidad muchas mujeres trabajan e incluso son las que mandan en la familia, y también, hombres ya cuidan a sus hijos e hijas, y a veces lo hacen sin tener una pareja.
Pero aun así, todavía y en gran medida las roles y estereotipos tradicionales ponen en desventaja a las mujeres, que siguen siendo víctimas de desigualdad y, muchas veces, hasta la de violencia.
La principal característica de un estereotipo es que se puede tener sin que tenga la experiencia directa con la realidad; por ejemplo, cuando te han contado cosas malas de las personas que viven en otro estado u otro país y tú piensas algo de ellos ya sea malo o bueno, sin importar que las conozcas o no, te pueden causar un pensamiento malo. Asimismo, los estereotipos son difíciles de modificar, porque crean un ficticio sentido de unidad e identidad de grupo, porque quienes los comparten se sienten aceptados: sin embargo, crean moldes que rechazan todo lo que no
Cuando hablamos de roles de género tradicionales, a algunos les parecerá que nos referimos a prácticas que ya no están en uso, pero desafortunadamente no es así, por que ciertas prácticas que debieron quedar en el pasado todavía se realizan.
El lenguaje  es otro elemento que caracteriza las relaciones de género en el entorno. Nombrar en femenino o masculino lleva consigo una carga cultural acerca del género. Se dice que el lenguaje es sexista. Al jerarquizar a un género sobre el por ejemplo, en una reunión donde hay más hombres  que mujeres se acostumbra decir: nosotros, y no pasa nada, nadie se ofende; pero cuando hay más mujeres que hombres, no suele decirse nosotras. Si alguien lo hiciera ¿Qué dirían los hombres?  Entonces, ¿Cuál es la manera correcta de hablar para no privilegiar lo masculino ni lo femenino?
Igualdad de oportunidades: la equidad de género, derecho a la información científica sobre procesos que involucran  la sexualidad.
El primer paso que actuemos con equidad y promovamos la Igualdad de género es reconocer que no existen ni equidad, ni igualdad como podemos modificar algo que creemos funciona bien. En cambio al saber que las cosas no marchan como deberían, e incluso cuando identifiquemos donde está la falla, es más fácil buscar estrategias de solución.
Derecho a la información científica sobre procesos que involucran la sexualidad.
La sexualidad varía de una cultura a otra y de acuerdo al contexto socio-histórico en que se desarrolle. En la prehistoria era una simple satisfacción del impulso reproductivo. Luego ocupo un sitio en las creencias religiosas. Asimismo, durante una época fue perseguida y reprimida por la sociedad.


Es posible que esas ideas te parezcan descabelladas, pero la humanidad ha vivido periodos de oscurantismo en relación con la sexualidad y, aunque parezca atrevido decirlo, en la actualidad algunos grupos siguen viviendo a oscuras al respecto a la información y divulgación científica sobre la sexualidad.
La sexualidad es un parte indivisible de la formación integral de los seres humanos y, como tal, su educación deber ser parte del desarrollo saludable de las personas, por lo tanto, es necesario que los derechos humanos la protejan.
A continuación se enlistan algunos derechos sexuales y reproductivos reconocidos por diversos organismos internacionales:
•          Derecho a la vida. Derecho fundamental de todos los seres humanos, que permite el disfrute de los demás derechos.
•          Derecho a la integridad física, psíquica y social.
•          Respeto a las decisiones personales en torno a la preferencia sexual.
•          Respeto a la opinión de la reproducción.
•          Elección del estado civil.
•          Libertad de fundar una familia.
•          Libertad de decidir sobre el número de hijos, el esparcimiento entre ellos y la elección de los métodos anticonceptivos o pro conceptivos.
•          Al reconocimiento y a la aceptación de sí mismo, como hombre, como mujer y como ser sexuado.
•          A la igualdad se sexo y género.
•          Al fortalecimiento de la autoestima, la autoevaluación, y autonomía para lograr la toma de decisiones adecuadas en torno a la sexualidad.


Actitudes discriminatorias a personas que padecen VIH-sida y otras infecciones de transmisión sexual.

Organismos públicos y privados, laicos y religiosos coinciden en que la prevención de la pandemia ocasionada por la infección de VIH y de la enfermedad por sida, solo es posible a partir de información científica y oportuna. La falta de información respecto a esta infección y la enfermedad que provoca no solo pone a la población en riesgo, sino que también origina conductas discriminatorias hacia las personas que la padecen. La discriminación atenta contra la dignidad humana.

El desconocimiento acerca de cómo se adquiere y actúa el VIH y como se produce la enfermedad del sida origina, como consecuencia. Una serie de mitos estereotipados sobre la población objeto. Cuando en realidad esta no existe; por ejemplo, durante mucho tiempo se dijo que esta era una enfermedad de homosexuales. Sexoservidoras y de usuarios de drogas intravenosas, pero lo cierto es que no hay un solo grupo de riesgo, sino prácticas de riesgo.

Por ello, pensar que todas las personas con VIH y sida pertenecen a uno de los grupos mencionados no es de del todo cierto y los hechos lo demuestran: menores de edad, que nacen con esta enfermedad, personas heterosexuales, personas sin adicciones y de todos los niveles culturales y económicos.

Recuerda que el estado de salud no debe ser un estigma y que el derecho a la no discriminación está considerando como un derecho básico de todo ser humano. En México, en la Comisión Nacional de Derechos Humanos hay una oficina especializada para la atención promoción y defensa de los derechos humanos de personas que viven con VIH  y sida.

lunes, 16 de junio de 2014

UNICEF: Educación básica e igualdad entre los géneros.

Acá les dejo el link a un pequeño articulo con información publicado por la UNICEF que tiene la finalidad de expresar el por qué es necesario tener una educación igualitaria a lo largo y ancho del mundo.

http://www.unicef.org/spanish/education/

                                

La igualdad educativa


            
Todos en cierta medida estamos de acuerdo en la escuela tiene un papel clave para promover la equidad. Debido a que las personas excluidas del sistema educativo también lo son de la inserción social y laboral; en las últimas décadas se ha destacado que quienes no tienen una educación de calidad, no alcanzan la plena ciudadanía, al estar impedidos para ejercer sus derechos y la participación en los bienes sociales y culturales.

Farrel (1999) distingue cuatro facetas en su modelo de igualdad educativa que podemos generalizar a la diversidad de alumnos independientemente del origen de sus diferencias:
  • Igualdad de acceso: se refiere a las posibilidades que tiene un niño o niña, joven o adulto de diferentes grupos socioeconómicos de estar escolarizado en un determinado nivel.
  • Igualdad de supervivencia: es la posibilidad que tienen las personas pertenecientes a diferentes grupos sociales de encontrarse a un determinado nivel en el sistema escolar.
  • Igualdad de resultados: seria la probabilidad que tienen sujetos de diferentes grupos sociales escolarizados en un determinado nivel educativo de aprender lo mismo. Esto implica necesariamente hablar de una “valoración social” de los diferentes tipos y formas de aprendizaje, aunque éstas sean diferentes.
  • Igualdad de consecuencias: educativas se refiere a la probabilidad que tienen sujetos de diferentes grupos sociales de acceder a similares niveles de vida como consecuencia de sus resultados escolares.
La expresión “responder a la diversidad” se ha convertido en un tópico que parece  engloba los problemas cotidianos que afrontan profesores y profesoras en sus clases. 
Como sucede en muchas ocasiones en nuestra sociedad contemporánea, la utilización fácil e interesada de determinados conceptos convierte a éstos en palabras de moda, en meros eslóganes que se desvirtúan con un uso tan masivo. Para todos los que usan el término de diversidad éste no tiene el mismo significado, ni parte de los mismos supuestos ideológicos, ni presupone los mismos procesos de acción educativa.
No obstante, la cuestión es clara: no es posible enseñar el respeto y la fraternidad, si no se propician modos de actuación en la escuela que favorezcan la manifestación de estos valores. Es decir, un maestro que piense que la escuela debe ser una institución que exclusivamente forme a personas competentes en las áreas que se imparten, posiblemente dedicará poco tiempo y espacio a tratar temas de convivencia o de resolución de problemas personales. En cambio, otro maestro que crea que la escuela debe ser una institución que forme a personas tenderá a dedicar más tiempo a elegir, a tratar temas sociales, etc.
Pero ¿cómo podemos lograr una educación sensible a la diversidad de nuestro alumnado sin caer en la desigualdad? 
Para Booth (2006) los valores se asocian, en principio (pues reconoce que se traba de una lista en desarrollo constante) con cuestiones:
  • Equidad.
  • Participación: implica libertad y valoración de los logros de todas las personas en las escuelas; es estar con los otros y colaborar con ellos; supone una implicación activa y un compromiso en la toma de decisiones…
  • Comunidad: las escuelas y las comunidades adyacentes deben sostenerse mutuamente.
  • Respeto por la diversidad: se requiere el reconocimiento y la valoración de diferentes identidades de forma que se acepte a cada persona por quien es.
  • Honradez.
  • Derechos: a una educación exhaustiva, a los apoyos apropiados y a la asistencia a su escuela local.
  • Alegría.
  • Sostenibilidad: la inclusión se conecta con el objetivo fundamental de la educación que es preparar a los niños y jóvenes para seguir formas de vida dentro de comunidades y entornos sostenibles.